(11 de febrero de 2020)
En la Clínica Delgado
no solamente lloran los ojos
también lloran las manos nerviosas y arrugadas
De esta mirada perdida me cae el alma
a la hora del mediodía
enfermo de tu dolor silencioso
Me duele llorar perdido con el alma
con la voz perdida de esta mañana
con el llanto sin sonido
con la palabra apagada de mi voz
con la tos de mis pájaros liberados
Me duele dejarte sola
con tu dolor invisible
con tu separación involuntaria
con tus manos frías lejos de las mías
con las máquinas y las agujas
con los médicos y las enfermeras
con ese frío penetrado en tu carne
con tu cuerpo desgastado
con tu mirada confusa y fatigada
Hoy me duele lo que te duele
con tu nombre
con tus apellidos
con el calor intenso del mediodía
con la sombra pasajera de este techo
con el nombre de los tres hijos
Me duele la separación de tus besos
me duele la separación de tu cuerpo
me duelen tus pasos sombríos
me duele tu silencio obligado
me duele este mediodía sin descripción
Me duele y no me corro
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