(15 de julio de 2020)
Tal vez sea
la mañana de este día,
ojalá la
tarde soleada del otro día,
tal vez la
noche fría de tu mañana.
Me has
dejado tu palabra irritada,
llena de
incomodidad matutina.
Me has
mirado con los otros ojos.
Me has
hablado con la otra lengua,
con la
lengua sin mi enseñanza,
con la
lengua sin mi pedagogía,
con la
lengua sin mi metodología,
con la
lengua de la noche irritada,
con la
lengua de la queja ajena,
con la
lengua de tu propia queja,
con la
lengua de tu compañero,
con la
lengua de tu compañera,
con la
lengua de tu enamorado,
con la
lengua de tu enamorada,
con la
lengua del otro docente,
con la
lengua de la otra docente,
con la
lengua de la escisión,
con la
lengua de la evaluación,
con la
lengua de la clase no aprendida,
con la
lengua de la clase perdida,
con la
lengua de tu inasistencia,
con la
lengua de la tardanza,
con la
lengua del olvido,
con la
lengua de la puerta cerrada,
con la
lengua del internet,
con la
lengua de tu celular,
con el
lenguaje de la pizarra.
Te has
negado a mi palabra,
te has
negado a la tarea,
te has
negado a la publicación.
Me has
negado el artículo solicitado.
Te has
negado a ti mismo,
te has
negado a ti misma.
Te has
negado al porvenir de los exitosos.
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